"Etimológicamente este término significa: Mirar hacia atrás contemplando el pasado y exhumarlo, traerlo al presente, comprendido".

Texto con el que empieza el libro Tratado teórico-práctico de Anatheóresis de Joaquín Grau, creador de esta psicoterapia transpersonal.

La terapia es una técnica de psicoterapia regresiva consciente que se realiza mediante una relajación a frecuencias cerebrales Theta de 4 a 8 hz llamada IERA: Inducción al Estado Regresivo Anatheórico. En este estado el cortex prefrontal que controla nuestras facultadades de analisis y juicio mental se relajan y se desactivan. Ambos hemisferios cerebrales se sincronizan y el paciente puede acceder a toda su memoria desde que es concebido hasta la actualidad.

Una de las claves más importantes que Joaquín Grau ha aportado es que empezamos a trazar nuestro mapa de enfermedades que potencialmente vamos a desarrollar a lo largo de nuestra vida desde que somos concebidos y en toda la étapa prenatal durante los 9 meses de nuestra gestación. El proceso de nuestro nacimiento es altamente condicionante sobre si tuvimos un nacimiento traumático.

Gracias a esta terapia, puedes revivir en el presente toda tu vida y sobre todo tu infancia olvidada con la verdad/realidad percibida y sentida en los momentos exactos de los sucesos traumaticos marcados por cada estadio de percepción y desarrollo cerebral. Cada estadio percibe lo vivido de una forma distinta aunque la realidad sea la misma y cuando sufrimos de pequeño siempre lo hacemos desde la nuestra percepción condicionada y heredada a través de nuestra madre durante los nueve meses de nuestra concepción.

Al revivir nuestra memoria traumática en el presente en el estado IERA, sientes y expresas todo lo que sentiste en esos precisos momentos y a la vez el terapeuta te ayuda a ver todos los detalles de aquella situación que tu no pudimos ver ya que apenas tenías capacidad de análisis y comprensión debida a tu corta edad. Te dota de una visión global y de herramientas de comprensión de la totalidad de la situación. Al  revivir, sentir y expresar todas las emociones reprimidas y comprender el porqué de cada situación, se desactivan y se sanan todas las profundas heridas que estaban condicionando desde la oscuridad de tu inconsciente dónde reside tu niño interior.